Nos encontramos tan inmersos en estos volúmenes asfixiantes y saturados, que nuestros cuerpos posmodernos han sido despojados de sus coordenadas espaciales y se han vuelto en la práctica (por no hablar de la teoría) impotentes para toda distanciación; por otra parte, ya hemos indicado el modo en que la nueva y prodigiosa expansión del capitalismo multinacional ha terminado por invadir y colonizar aquellos enclaves precapitalistas (la naturaleza y el inconsciente) que ofrecían a la eficacia crítica puntos de apoyo arquimedeanos exteriores. De ahí la omnipresencia, en la izquierda, del lenguaje de la “cooptación”; pero se trata de un lenguaje que suministra una base teórica muy inadecuada para comprender una situación en la cual todo el mundo, de una u otra forma, tiene la oscura sospecha de que no solamente las formas contraculturales, puntuales y locales, de guerra de guerrillas o resistencia cultural, sino incluso las intervenciones abiertamente políticas -sea el caso de The Clash-, se encuentran secretamente desarmadas y reabsorbidas por un sistema del cual ellas mismas pueden considerarse como partes, pero que son incapaces de mantener frente a él la más mínima distancia.
Comprendemos entonces que todo este nuevo espacio global, tan sumamente desmoralizador y deprimente, constituye precisamente el “momento de verdad” del posmodernismo.
JAMESON, Fredric, Posmodernismo o la lógica cultural del capitalismo tardío, Barcelona, Paidós, 1991, pp. 108-109
1 comentario:
http://es.wikipedia.org/wiki/Cooptaci%C3%B3n
No conocía esta palabra...
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