la instalación consiste en 1 millón de diapositivas con la misma imagen sobre una mesa de luz.
Los ojos de Nduwayezu vieron cómo masacraban a sus padres, hermanos y vecinos. Él se salvó de morir pues fingió estar muerto.
Nos encontramos tan inmersos en estos volúmenes asfixiantes y saturados, que nuestros cuerpos posmodernos han sido despojados de sus coordenadas espaciales y se han vuelto en la práctica (por no hablar de la teoría) impotentes para toda distanciación; por otra parte, ya hemos indicado el modo en que la nueva y prodigiosa expansión del capitalismo multinacional ha terminado por invadir y colonizar aquellos enclaves precapitalistas (la naturaleza y el inconsciente) que ofrecían a la eficacia crítica puntos de apoyo arquimedeanos exteriores. De ahí la omnipresencia, en la izquierda, del lenguaje de la “cooptación”; pero se trata de un lenguaje que suministra una base teórica muy inadecuada para comprender una situación en la cual todo el mundo, de una u otra forma, tiene la oscura sospecha de que no solamente las formas contraculturales, puntuales y locales, de guerra de guerrillas o resistencia cultural, sino incluso las intervenciones abiertamente políticas -sea el caso de The Clash-, se encuentran secretamente desarmadas y reabsorbidas por un sistema del cual ellas mismas pueden considerarse como partes, pero que son incapaces de mantener frente a él la más mínima distancia.
Comprendemos entonces que todo este nuevo espacio global, tan sumamente desmoralizador y deprimente, constituye precisamente el “momento de verdad” del posmodernismo.
JAMESON, Fredric, Posmodernismo o la lógica cultural del capitalismo tardío, Barcelona, Paidós, 1991, pp. 108-109
TEORIA DEL CAOS
El Caos está entendido no como ausencia de orden, sino como cierto tipo de orden de características impredecibles, pero descriptibles en forma concreta y precisa. Es decir: un tipo de orden de movimiento impredecible.
Según varios autores la naturaleza de las cosas es fractal, y si nos paramos detenidamente, sus formas también aparecen en el arte. Puesto que la casualidad no existe como tal, sino que todo es una manifestación fractal, lo que en realidad se ha hecho es permitir a la naturaleza expresarse a través de la mezcla caótica de la pintura.
El collage abstracto.
La pintura entre el orden y el caos.
Desarrollo mi trabajo pictórico bajo las bases de la abstracción, como aislamiento conceptual de la propiedad de un objeto, resolviéndolo mediante la técnica del collage. Una técnica que me permite representar con bastante precisión los fragmentos de las estructuras y texturas que observo a mí alrededor.
El collage es una técnica que se elabora mediante el ensamblaje de elementos, para la “construcción” de imágenes. Fabrico imágenes, mediante el empleo entre otros, de un material entramado, poroso y dúctil: la tarlatana. Todo a nuestro alrededor, es entramado, cuadriculado, ordenado… son muchísimas las cosas y objetos que en apariencia guardan relación con la tarlatana y muchas sus funciones y significados. Recuperé este material de la basura de mi clase de grabado y se ha convertido en parte y significación más importante de mi obra pictórica. El orden es lo que está permitido, marcado en la sociedad por una serie de elementos que “supuestamente” lo hacen posible. La tarlatana tiene una estructura aparentemente ordenada y rígida pero si la manipulas lo suficiente, se vuelve dócil y manejable al igual que nuestra sociedad. Una sociedad que se muestra en apariencia rígida y ordenada, pero que está sumida en una constante manipulación por parte de los medios, que hacen de ella un “producto” moldeable y fácil de manipular.
El caos de la construcción y el orden.
Nos movemos bajo la mirada del gigante de la construcción que poco a poco arrasa con todo lo que se pone a su paso. Construcción tras construcción nos ofrecen la imagen de lugar acogedor en el que vivir y ser felices y tras el que se esconde una fatídica verdad. Por cada nueva construcción destruimos un pedazo de la tierra. Una tierra que es única y que en vez de mirar por su bienestar y conservación nos estamos cargando sin miramientos, corriendo el tupido velo del progreso y el bienestar. Represento fragmentos de mi entorno que revelan la realidad de lo que se nos oculta, los rotos, feos, sucios, desordenados y desgastados pedazos de una sociedad que corre apresurada hacia el caos más absoluto. Una sociedad sumida en el negocio de la especulación por medio de una construcción constante y masiva, que deforma el paisaje, destruyendo la tierra y con ella nuestra sociedad.
Mi obra no deja al margen la figuración, sino que la representada a través del mismo canal, la abstracción. Aislándola así, de toda la información innecesaria.
El individuo es por tanto, pieza importante de lo que entendemos como construcción, ya que ésta, no sería posible sin su presencia. Lo cual hacen de él, verdugo y víctima al mismo tiempo. Construimos y nos construimos.